El pueblo de Escarrilla, tanto en la actualidad como a largo de la historia es la respuesta del hombre ante un paisaje natural bello y pródigo en toda clase de bienes como pocos, pero a su vez duro, difícil y austero. Por eso el escarrillano, como el tensino en general, es alegre como su paisaje, duro y serio como corresponde al tributo que le impone la naturaleza y abierto con el forastero, como es preceptivo en el hombre pirenaico.
Ignoramos cuando llegaron los primeros pobladores. Los datos más antiguos de la zona los aporta una punta de sílex del Bronce Medio hallada en El Pueyo, los megalitos levantados en los vecinos puertos de Piedrafita yTramacastiIIa y las noticias de los prototuristas romanos que ya conocían las aguas del Balneario de Panticosa.
El topónimo Escarrilla, hay que relacionarlo con el vecino río Escarra, siendo posterior al hidrónimo. Quiere decir esto que los primeros habitantes conocían el río y la ruta que por su valle lateral discurre hacia los pastos, antes que decidieran levantar la población. Para Rohlfs, Azcue, Alvar, Guillén y otros filólogos, el topónimo encierra una raíz prerromana, que da el eúscaro askarra, el gascón escarroué y el aragonés escarrón (arce), más el sufijo —illa, que indica la posición dependiente del enclave con respecto al río y valle aludido. Escarrilla, sería pues, “la población situada al pie del valle del Escarra, valle pedregoso en el que abundan los arces".
La primera vez que aparece citado en la documentación es en 1235, figurando a lo largo de la Edad Media con los nombres de Scarriellya, Escariala y Escariella. De este período sólo ha llegado hasta nuestros días un puente en el río Escarra, que aunque no podamos verlo con los ojos, pues ha desaparecido, al menos quedan numerosos testimonios fotográficos.
La tierra siempre fue de realengo. Entre 1488 y 1495, perteneció a la Sobrecullida de Jaca, en 1646 aparece dentro de la Vereda de Jaca y entre 1711 y 1833 en el Corregimiento de Jaca. En 1834 forma Ayuntamiento propio, dentro del recién creado Partido Judicial de Jaca, para unirse en 1845 a Sandiniés, aunque en 1887 la capitalidad municipal pasase a Escarrilla. En la década de 1970 se incorpora, como Entidad Local Menor, a Sallent de Gállego, siendo esta su situadón administrativa actual.
La iglesia pertenecía a la Sacristía de la Catedral de Jaca. El templo parroquial, en un principio estaba dedicado a San Pedro Apóstol. Además había una ermita consagrada a San Joaquín y Santa Ana. De ambos edificios apenas queda rastro, hay noticias de corrimientos de tierras y de incendios. La actual iglesia parroquial, levantada en el siglo XIX y ampliada posteriormente, custodia el retablo barroco que otrora estuvo en la ermita y está dedicada a los padres de la Virgen María. Escarrilla hoy es parroquia independiente y no anejo de otras parroquias vecinas, como pudo ser en otras épocas de la historia.
La evolución de la población es la siguiente: 3 maravedís en 1414; 6fuegos en 1488; 12 fuegos en 1495, 1543 1609 y 1646; 20 vecinos en 1713; 18 vecinos en 1717, 1722 y 1787; 39 vecinos (sic) en 1797; 20 casas, 20 fuegos y 120 almas en 1845; 119 habitantes en 1857; 70 habitantes en 1970 y 1991; 105 habitantes en 1999; 139 en el censo de 2004 y 203 personas en el de 2006, aunque la población de hecho se reduzca a la mitad.
En palabras de la gente del valle, Escarrilla fue tradicionalmente un pueblo “de una veintena poco más de casas", del mismo tamaño y entidad que El Pueyo, Piedrafita y Hoz de Jaca. En el valle hay pueblos mucho mayores y también otros sustancialmente menores. Los nombres tradicionales de sus casas son: Arruebo, Belica, Bizén, Boticario, Chusepa, Fau, Ferrando, Ferrer, El Francés, Gálligo, Gimeno, Isidoro, Latorre, Maribuena, Matías, El Obrero, Pascual, Pelau, Pepis, Quesero, Rogelio, Roque, Ropero, Sarao, Solano, Sorrosal y Torrero. Algunas de estas casas se han duplicado, formando nuevos hogares que conservan de alguna manera el nombre de la casa madre. El pueblo, a lo largo de su historia, se fue conformando en dos barrios, Alto y Bajo (también Barrio Llano y Vico) desgranándose sus casas a lo largo de la pradería y de la actual Carretera A-136, construida a partir de 1940. Todavía quedan buenos ejemplares de arquitectura tradicional tensina, pudiendo leer fedias tan antiguas en sus fadiadas como 1823 en casa Sorrosal y 1841 en casa Maribuena.
La vida tradidonal en Escarrilla, como en el resto del valle giraba en torno a la ganadería (ovejas, vacas, caballerías) y agricultura (patatas, cereal, forrajes, huertos de autoconsumo). MADOZ, en su Diccionario, escrito en torno a 1845, nos da la siguiente descripción tanto del lugar como de la vida que se llevaba (actualizamos la ortografia y transcibimos las abreviaturas para su correcta comprensión): “ESCARRILLA: lugar con ayuntamiento de la provincia de Huesca (14 leguas), partido judicial y diócesis de Jaca (6), audiencia territorial y capitanía general de Zaragoza (24). SITUADO en un llano en el valle de Canfranc (* SIC 1), a la deredia del río Escarra y del Gállego, en la confluencia de ambos ríos. Le combaten los vientos del Norte. Su CLIMA es frío, propenso a asmas y pulmonías.
Tiene 20 CASAS incluida la municipal; una escuela común para los niños de ambos sexos dotada con 1200 reales de vellón anuales, una iglesia aneja a la parroquia de Sandiniés (San Pedro Apóstol) (* SIC 2), una ermita (San Sebasüán); 1 fuente dentro de la población y otras en el término, todas de muy buenas aguas. Confina este por el Norte con el de Lanuza (1/2 legua); Este Sandiniés (1/4); Sur Canfranc (3), y Oeste El Pueyo (l/4) (* SIC 3). El TERRENO, aunque es de lo mejor del valle con el benefido que le propordonan los 2 ríos mencionados, de los cuales uno (Escarra) le baña de Noroeste a Sureste., y el otro (Gállego) de Norte a Sur. Los montes son muchos pero sin poblar por la mucha nieve que los cubre. Los CAMINOS son bastante regulares. Recibe la CORRESPONDENCIA por el cartero particular del valle los miércoles y sábados a las 3 de la tarde, y sale los domingos y jueves a las 10 de la mañana. PRODUCCION: centeno, cebada, patatas y yerbas de la mejor espece; cría ganado lanar, mular, vacuno y cabrío; caza de perdices, sarrios, corzos, osos y lobos. INDUSTRIA: un tejedor, un batán y un molino harinero. COMERCIO: venta del ganado mular. POBLACIÓN: 18 vecinos de catastro, 20 fuegos y 130 almas. CONTRIBUCIÓN: 3,826 realess. 8 maravedíes. PRESUPUESTO MUNICIPAL: 1.400 reales".
(Por respeto a la obra no corregimos los errores s/ínp/emente los marcamos con * y/as s/y/as SIC —sicut-. Así’ 9€ 1.’ Es e/ Val/e de Tena, no e/ de Canfianc SIC 2.’ la parroquia no es aneja de Sanoïniés 9€ 3.’ Las oïreaiones conectas serian al Norte Lanuza, al Este Panficosa, al Sur H Pueyz: ya! Oeste Sanoïniés y Canfiancj Como no podía ser menos, en el siglo )0( llegaron primero las centrales y luego el turismo. La población y su modus vivendi sufrieron una transformación radical. En la actualidad, por su cercanía con las pistas de esquí y por su posición central en el Valle de Tena, aunque susbsistan algunos servicios y oficios tradicionales, Escarrilla vive fundamentalmente del turismo y para el turismo, siendo este sector de actividad su máximo activo tanto para el presente como para el futuro.
Hoy día, si los varios centenares de apartamentos y viviendas de segunda residencia construidos en Escarrilla estuviesen simultáneamente ocupados, habría una población estimada entre las dos mil y tres mil personas, lo que nos da una idea del grado de ocupación temporal que puede llegar a soportar el núdeo en verano y en los períodos festivos invernales.
El viajero que venga a Escarrilla verá un núcleo vivo, joven y pujante. Todo está preparado para acogerle. Los montañeros se deleitarán con los encantos del Pirineo Central, los esquiadores disfrutarán de gloriosas jornadas teñidas de blanco tanto en Panticosa como en Formigal. También se puede cazar, pescar, practicar deportes naúticos en los pantanos vecinos, parapente... Actividades para todos los gustos. Y si lo único que busca es paz y tranquilidad, la naturaleza —que es el mejor medio para conseguirla- aquí la encontrará en todo su esplendor.
Ricardo Mur Saura
